Laura García, escolta de 38 años y 177 centímetros de altura, cumplirá su segunda temporada en el IDK Euskotren después de renovar su contrato. La jugadora nacida el 31 de octubre de 1981 en Toledo llegó el pasado verano procedente del Hainaut Basket y ha demostrado su calidad en su primer curso a las órdenes de Azu Muguruza.
La escolta tiene una amplia trayectoria como profesional. Jugó diez años en el Canoe, uno en el Estudiantes, otro en el Cadí La Seu, otro en el Hondarribia-Irun y siete en el Hainaut Basket francés antes de recalar en Donostia. Esta pasada campaña ha promediado 9,1 puntos y 2,4 asistencias con el IDK Euskotren y su rendimiento fue mejorando con el paso de las semanas hasta convertirse en la MVP de la 22ª jornada, la última que se disputó antes de tener que detenerse la Liga Femenina Endesa. Este próximo curso su capacidad para anotar y leer el juego volverán a ser importantes.
Laura García reconoce que se quedó “con la espina de no haber acabado la temporada” después de que sus últimos cuatro partidos fueran “los mejores con el IDK Euskotren”. La escolta acabó, por tanto, “con un sabor agridulce”: “Me costó bastante encontrarme y cuando mejor lo estaba haciendo tuvimos que parar. De ahí ese sabor agridulce”. Sensación que quiere quitarse la próxima temporada: “El interés de continuar era mutuo, fue muy fácil tomar la decisión. Quería seguir porque me parece un club increíble, la ciudad también. Quiero dar al IDK Euskotren la mejor versión de Laura posible, y que pueda seguir en esa línea de los últimos cuatro partidos”.
Laura tiene claro que el reto es mejorar lo realizado esta última campaña: “A nivel colectivo es mejorar la temporada pasada, y tener ambición porque la Liga Femenina está creciendo, se están haciendo equipos muy bonitos y eso es muy bueno para la competición. El objetivo es la permanencia y encontrar un juego con identidad y que no suframos tanto como el año pasado”.